Exclusivo para suscriptores de paga: La Guerra Económica que Marca el Fin del Orden Global
El 9 de abril de 2025, un día que qauedará registrado en las páginas de la historia
En apenas una semana, el mundo ha presenciado el colapso del sistema económico global tal como lo conocíamos. Lo que comenzó el 2 de abril como un paquete arancelario sin precedentes anunciado por el presidente Donald Trump, terminó por desencadenar una reacción en cadena de consecuencias históricas: mercados en pánico, cadenas de suministro fracturadas, aliados estadounidenses desconcertados, y una guerra económica nuclear entre Estados Unidos y China que no tiene precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.
La globalización —esa compleja red de acuerdos, flujos de capital y comercio que permitió la expansión económica más grande de la historia— ha sido oficialmente dinamitada desde dentro por el país que más se benefició de ella. Estados Unidos ya no lidera el orden global. Hoy, lo desmantela a martillazos.
I. De la Prosperidad al Aislamiento
Durante ocho décadas, Estados Unidos moldeó un sistema global interdependiente que convirtió al dólar en moneda de reserva, al libre comercio en principio rector, y a las cadenas de valor en el motor de la competitividad industrial. Pero, para millones de estadounidenses que no vieron reflejada esta prosperidad en sus salarios ni en su calidad de vida, la narrativa cambió: la globalización se convirtió en un enemigo.
Trump capitalizó ese malestar con una retórica de revancha. El pasado 2 de abril, proclamó:
"Ahora es nuestro turno de prosperar".
Con esas palabras, activó una batería de aranceles de entre 10% y 50% contra casi todos los socios comerciales de Estados Unidos —y hasta contra territorios deshabitados—. La tasa arancelaria efectiva se disparó a más del 22%, el nivel más alto desde la era del infame Smoot-Hawley Act de 1930, que ayudó a profundizar la Gran Depresión.
Lo que parecía una locura histórica, pronto se tornó aún más radical.
II. Guerra Nuclear Económica: China bajo fuego
En las primeras horas tras la implementación, los mercados globales comenzaron a temblar. Países aliados ofrecieron concesiones para evitar represalias, pero China, el único con la capacidad de responder, contraatacó a Estados Unidos con tarifas espejo. El enfrentamiento escaló rápidamente.
Trump respondió elevando las tarifas sobre productos chinos a un 125%. Así, se rompió formalmente el vínculo comercial más importante del siglo XXI, y comenzó un proceso de desacoplamiento que muchos temían... y que Trump ahora impulsa deliberadamente.
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