Después del susto financiero global del domingo 4 y lunes 5 de este mes, se ha escrito mucho sobre lo sucedido, pero no quise dejar de redactar una nota al respecto para nuestros lectores de paga en el blog de Economex y en nuestro Substack.
En ocasiones los mercados se desploman debido a un acontecimiento importante e inequívoco, como una pandemia, una guerra o una desaceleración económica. A veces, caen debido a fuerzas menos visibles, como maniobras financieras de alto nivel diseñadas para generar ganancias de la nada.
Esta semana, los mercados han tenido que lidiar con ambas cosas.
La ola de ventas en Wall Street comenzó la semana pasada con algunas preocupaciones fundamentales: las ganancias de las empresas tecnológicas fueron decepcionantes y había señales de alerta en el mercado laboral estadounidense (su tasa de desocupación subió a 4.3%) que podrían indicar una grave desaceleración en la mayor economía del mundo.
Pero el cambio financiero que echó más leña al fuego es más oscuro y tan técnico que incluso algunos inversionistas veteranos tienen dificultades para explicarlo de forma sencilla.
Cuando hemos escuchado a los comentaristas hablar esta semana sobre el "carry trade del yen" o el "gran desmantelamiento", se están refiriendo a una estrategia comercial popular que, de pronto comenzó a estallar en las narices de los inversores.
El carry trade, explicado
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